Hace poco me puse a buscar
remedios para la artritis, tengo personas mayores en casa y sé que es una
dolencia molesta y que te condiciona mucho en la vida diaria. Por casualidad,
buceando en Internet me encontré con un nombre, algo desconocido para mí, la
Halofuginona.
Pues bien, esta molécula
descubierta en los años sesenta proviene de una raíz que llevan usando, desde
tiempos inmemoriales, los herboristas y médicos chinos, la raíz de Dicroa. En
principio los efectos secundarios de la misma frustraron el intento de
convertir el ingrediente activo en un medicamento. Gracias a los avances de la
ciencia, hoy en día se esta tratando de retomar estos estudios. Se ha
descubierto que esta molécula engaña a las células para que relenticen su
metabolismo, al desactivar los procesos inflamatorios que desencadenan muchos síntomas
autoinmunes.
Los investigadores confían en que
el hallazgo abra el camino a nuevos tratamientos para dolencias como el lupus,
la artritis o la enfermedad de Crohn, además de combatir el envejecimiento y
ayudar a las células a quemar grasas de manera eficiente.
En un mundo en constante cambio
muchas veces nos encontramos con que la solución para muchos problemas la
llevaban usando siglos nuestros antepasados.
Ya sabéis, mas sabe el diablo por
viejo que por diablo…..
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